domingo, 30 de mayo de 2010

Las Playas de Agnes


(o Por un hermoso cine-memoria)

Entre recuerdos y representaciones, Agnes te va contando su vida. Es una simpatica y alegre mujer aún llena de energía. Ella se representa y se muestra honestamente y de una manera tanto limpia como clara. A modo de pensamiento narrado, nos lleva de la mano ─aunque a veces arrastrandonos elegantemente─ por los recovecos de sus casas, de sus películas, de su familia, de sus ideales, de sus viajes, y por supuesto, de su infancia.

Tal vez la diferencia entre documental y ficción sea tan poco precisa como lo es absurda, y en esta película ya no se plantea tercamente esa discusión. Con un estilo propio, sin ser ni uno ni otro y sin quedarse tampoco enmedio, Agnes hace´simplemente una película, ─y ¡qué película!─. Tal vez es la madurez, tal vez la paz interior, lo cierto es que sin mentiras ni pretenciones Agnes dice: si me fuesen fuesen a abrir encontrarían playas; y son éstas por las que nos pasea. Sin aferrarse a más que su relato/memoria, muestra imagenes que no pueden sino quedarse grabadas en los sueños propios del espectador.

Es curioso, pero ella misma muestra fotografías y material de otros films: ¿Será acaso posible construir la memoria, modificarla, compartirla? No lo sé, pero me queda un agradable sabor de boca, me queda la sensación de ser parte de ella, me queda la sensación de estar mejor conmigo mismo, de haber vivido y recordado sus recuerdos e historias. La película te deja ser parte de ella, verla desde adentro, te invita a entrerecordar. No hace falta decirlo, pero tampoco sobra: la madurez del narrador, su estilo, su esencia... son simplemente sublimes... que gran energía... que grande film.


Imagenes poéticas. VO suave. Recorrido alebrestado y jovial con parentesis bruscamente sublimes. Honestidad. Material de rehuso como memoria del cine, y fotos como memoria del hombre: el relato como recuerdo propio.

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