¿Y quién dijo que hay que estar listos para comenzar?
Hoy he dasafiado los mares, los cielos, y los pedantes intelectos dominadores; hoy el mundo se abre y los pinceles llueven, hoy lunes tres de agosto del dosmilnueve comienza una nueva etapa para el Arte.
Ha nacido formalmente el resquebrajo entre ficción-documental-arte-vida-verosimil. Se venía gestando el arte de ahí adentro: la revolución pacífica y gloriosa ya estaba preconcevida cuando por azares del destino comenzó la filmación.
"Los Hijos de Las Nubes" sería el equivalente de una opera prima, si se pudiese utilizar lenguje obsoleto para éste candente tema. En otras palabras menos altisonantes es, entre tantas otras cosas, un ejercicio largo: una visión temporal. El mundo interior se vuelca en una pesadilla interminable e inagotable. El trauma se vuelve tangible y el fantasma se desvela.
Los niños operan, no obstante. La casa no se cae. Nadie y todos recuerdan o imaginan, se puede prescindir de toda precisión. Unos hermanos sufren en el sinsentir del haber traspasado el humbral; viven y andan vagando sin rumbo... permanecen.
lunes, 3 de agosto de 2009
Los Hijos de Las Nubes
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